¡Que imagen más cercana y atrayente, la de un niño rebosante de sanidad y santidad, dispuesto a brindar amor a toda persona que quiera acogerlo en su vida!
Millones de creyentes diariamente piden favores a Dios Padre por los méritos de la infancia de su Hijo Jesús y han conseguido maravillas. Es un símbolo de esperanza que se contrapone a la dura realidad; representa la exaltación de la bondad y la ternura que sólo se encuentran en Dios.
Al Divino Niño nos acogemos, sólo en Él encontramos total acogida, seguridad y paz, con la plena confianza de que todo lo que pidamos en su nombre nos será concedido.
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